El señor
Horacio Oscar Alberti, uno de los fundadores del Centro Cultural Bernardino
Rivadavia envía esta carta que fue publicada por varios diarios zonales en
enero de 2006M detallando los “actos finales” de la Comisión que transfiere a
la Municipalidad el patrimonio de la entidad (esquina de Soler y Mansilla):
“En mi
carácter de fundador del Centro Cultural Bernardino Rivadavia y Sala de
Primeros Auxilios de Ituzaingó, en mi nombre y en el de aquellos que ya no
están y que de la nada fundaron una de las instituciones sin fines de lucro más
importantes para la comunidad, los que prestaron servicios en forma gratuita
durante muchos años y para la cual trabajaron desinteresadamente, quiero
expresar las siguientes reflexiones:
ERAN OTROS
HOMBRES Y OTROS TIEMPOS…
El
Presidente de la actual Comisión Directiva, por intermedio de los periódicos de
la localidad, convoca a una Asamblea Extraordinaria y en dicha convocatoria se
explicitan los puntos a tratar, entre los que se destacan:
a) El inmueble con todas sus mejoras,
sede de la institución (…), será transferido en propiedad a la Comuna de
Ituzaingó.
b) La Municipalidad asume el total de
la deuda de la institución.
c) El personal en relación de
dependencia de la institución pasa a formar parte de la planta permanente de la
comuna, abonando la misma los sueldos adeudados.
d) La Comisión Directiva del Centro
Cultural pasará a formar parte de la Dirección de Cultura de la Municipalidad (…)
y a tales fines dispondrá de una oficina en el edificio de la institución.
Lo antes
expuesto son los actos finales de una Comisión Directiva que ha fracasado en su
gestión. Es verdad que la actual situación del Centro Cultural y Sala de
Primeros Auxilios es insostenible y que la estatización de la institución es,
quizás, la mejor solución a sus problemas, pero también es verdad que la misma
llegó a ese estado de la mano de la actual Comisión y no por los caprichos del
destino, y que esta Comisión del fracaso será ahora premiada por sus
desaciertos, logrando que la comuna asuma todas sus deudas, pagándole además, a
cada uno de los integrantes de la misma, un sueldo mensual como empleado
municipal. Dicen que los mismos desempeñarán funciones en la Dirección de
Cultura de la Municipalidad. ¿A quiénes podrán asesorar aquellos que llevaron
con sus acciones al quebranto de una institución cultural sin fines de lucro?
¿Cuánta ineptitud manifiesta compra la comuna? ¿Cuánta irresponsabilidad se
disgrega con estas acciones?
Son
evidentemente otros tiempos y otros hombres. En la memoria colectiva siempre
estarán presentes aquellos que hicieron posible esta institución, nunca los que
la destruyeron.